La Organización de Naciones Unidas, la ONU, lejos de ser un florero, como lo sentenció la mañana de este martes el presidente López Obrador, es un organismo supranacional que controla los destinos de la gran mayoría de países. Ahí nadie ha sido votado democráticamente, pero se encargan de controlar el planeta, los países, las vidas de las personas. Un ejemplo de este control devastador es la Agenda 2030 de la ONU, que corresponde a planes eugenésicos disfrazados de ecológicos con argumentos que resultaron mentira.

Pero ahí está una bola de enfermos sujetándose a los lineamiento de esta agenda, como el presidente de Argentina, Alberto Fernández, de visita en nuestro país, quien hace dos semanas en un discurso a la nación, aceptó que Argentina ya no existía, que ya no había nación, que el país lo estaba entregando a George Soros y la Agenda 2030, además de terminar con la soberanía al entregar el país también a Klaus Schwab y su reset económico mundial. La fórmula mágica para esclavizar y someter: la deuda.

México seguirá invariablemente el mismo camino. Pero mientras, hay que hacer show como si todavía existieran las naciones libres, y en este caso, hay que recuperar las aberraciones que fueron a decir ante la ONU las autoridades mexicanas. De risa andar quejándose de que 20 países estén acaparando las vacunas anticovid-19, y es de risa porque este país, México, fue de los que nunca hizo la tarea de apoyar el desarrollo científico y tecnológico, y hoy no hay vacunas… Y Marcelo Ebrard y su jefe fueron a quejarse con la maestra de los países que sí hicieron la tarea y ahora desarrollaron sus vacunas y no nos dan. Patético.

México sigue apostando por Pemex y la Comisión Federal de Electricidad cuando son empresas estatales desmanteladas en empresas privadas y con deudas que son impagables. Tan sólo Pemex reporta pérdidas de 761 mil millones de pesos al año, es decir, el capricho del gobierno de México ha hecho que sus habitantes perdieran un billón 200 mil millones de pesos en esta empresa quebrada barril sin fondo, Pemex. Ahí están sus vacunas, ahí están sus sueños y metas: asesinados.

México no tiene cara para reclamar acaparamiento de vacunas, habría mejor de hacer las suyas, y si no se puede, quedarse callado por dignidad. El enemigo más poderoso del país es su gobierno y su gente agachona, los enemigos de fuera disfrutan ver cómo un mesías destruye lo poco que queda, para luego dar un mensaje a la nación avisando que el país fue entregado a la Agenda 2030 de la ONU, y a las Open Society Foundation de George Soros, que financian guerras, movimientos feministas, LGTBI, grupos de choque para dividir y desestabilizar naciones y así empobrecerlas para hacerse de sus recursos de una manera muy barata, o quizás el país se meta de lleno al reset económico de Klaus Schwab del Foro Económico Mundial, un capitalismo tan voraz que se convirtió en comunismo, así como lo hizo el presidente visitante de una nación que sus gobiernos remataron condenando a la pobreza y muerte de hambre a millones.

 

Deneck Inzunza.

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