Este tipo de bolardo, tan característico del centro histórico de la ciudad, amaneció tirado como a 12 metros, de donde estaba instalado, sólo quedo la base de acero y concreto, que muestra los estragos del percance, sobre este mueble urbano, que hay que subrayar, sirven para proteger a los peatones, que caminan dentro de la histórica plaza, emblema del paso del ferrocarril, en la vida del país y, sobre todo, de esta importante ciudad colonial.
En la plaza es importante apreciar, el valor de los edificios donde están las oficinas gubernamentales, que antes fue una estación, una terminal de tren, que ofrecía los servicios comunicativos, como traslados, el correo y el telégrafo, medios de comunicación, etc, muy característicos de gran parte del siglo XX.

Es importante que, no solo se reinstale este bolardo, sino que se contemple, el cuidado y restablecimiento, de las grandes cadenas, que deben de acompañar los servicios de protección vial, que están desapareciendo y ya casi un tercio han desaparecido, inexplicablemente y sugieren descuido en una importante locación histórica, de la llamada ciudad más hermosa del mundo, que está siendo saqueada piedra por piedra.
Son casi una docena las que faltan, pues al parecer, han sido desprendidas, para seguramente, ser ofrecidas en los depósitos de reciclaje, por kilo, imagínese, que indignación que ahí terminen estas gruesas cadenas de acero, sin duda un crimen al legado histórico a que se debe esta hermosa ciudad.