El efecto Samuel García se apodera de Nuevo León. El candidato a gobernador por Movimiento Ciudadano, a pesar de sus pifias o sus pifias programadas, a pesar de su juventud y superficialidad al estilo fosfo fosfo requerida para conquistar las redes sociales, se encuentra en el primer lugar de preferencias electorales, con el 38.9%, seguido de Adrián de la Garza del PRI, con 25.8%, y en tercer lugar, la ya muy desprestigiada por el escándalo sectario de Nexium, Clara Luz Flores, de Morena, con el 17.9%.

En los últimos meses ha crecido como la espuma, arrasando a sus contrincantes desde un cuarto lugar de preferencias al primero, incluso desapareciendo al PAN de la contienda.

Los intentos por desprestigiarlo y relacionarlo con capos del narco y el lavado de dinero, no han servido más que para apuntalarlo.

Los mismos candidatos del PRI y Morena terminaron por irse sepultando solos. Incluso la morenista se vio muy mal al demandar al comediante Lord Marco Polo por sus parodias. La sociedad regiomontana la comenzó a repudiar, y terminó por repudiarla después de darse a conocer que mintió con respecto a su participación en la secta Nexium y se confirmó que sí conocía a Keith Raniere.

El recurso más reciente es acusar que Samuel García tiene un pacto con López Obrador, y que el presidente se decantó por él después de que Clara Luz de Morena quedara como una mentirosa y perdiera las preferencias. Sin embargo, el candidato a gobernador de Nuevo León por Movimiento Ciudadano, afirmó que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador no es su padrino ni tampoco le da órdenes ni ha sostenido alguna reunión para que le dé su apoyo.

Deneck Inzunza.

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