Se enrareció el ambiente electoral en la capital con las recientes determinaciones sorpresivas del partido Morena, sin embargo, el regidor Óscar Aguayo, quien fuera precandidato a la presidencia municipal, se comporta institucional y respeta las decisiones, aunque no las comparta.

Óscar Aguayo venía creciendo en popularidad por su juventud contestataria, pero argumentada. Iba conquistando a la gente porque ni habla ni se comporta como los políticos de siempre.

Seguirá en Morena porque no es ningún chapulín, pero impugnará las irregularidades que se dieron en la construcción de la planilla.

La determinación de Morena, al elegir un perfil prácticamente desconocido, siembra sospechas, y entonces los rumores de que el partido le vendió la plaza al PAN, toman fuerza, pero son solamente eso: rumores. Posterior al proceso electoral, la militancia debe recuperar el partido en su renovación de dirigencias.

Deneck Inzunza.