Con casi 3 siglos de historia, la tradición educativa representada por la Universidad de Guanajuato, inicia con la llegada de los misioneros de la orden de los jesuitas que fueron invitados por doña Josefa Teresa de Busto y Moya para atender las clases en el Hospicio de la Santísima Trinidad en la casa donada por la prominente empresaria de la que se sabe poco.

Ahora que se habla de la capacidad de las mujeres para gobernar, es interesante que se sepa, que en la entonces Villa de la Santa Fe de Guanajuato, fue la iniciativa de ella, el disponer de una parte de su fortuna para el inicio de esta aventura educativa que sigue dando las luces en la región.

Una vez que enviudó de su esposo Don Manuel de Aranda y Saavedra, con quien tuvo 11 hijos y a la edad de 48 años, se encargó de atender los negocios que antes eran llevados por su esposo que se considera un aventurero de Extremadura en el viejo continente que vino a insertarse en el núcleo de los primeros empresarios mineros que se incluyeron en la rancia nobleza del reino español.

Entre los empresarios que secundaron su iniciativa se encuentran don Francisco Matías de Busto y Moya y Monroy, hermano de Doña Josefa, acaudalado empresario minero, gracias la explotación de la mina de Rayas y don Juan de Herbas, otro exitoso empresario miembro de la elite política guanajuatense de aquellos años, sin los que no hubiera podido subsistir con éxito la hoy todavía exitosa empresa educativa.

Y aunque la burocracia del reino impidió que se concedieran los permisos para que la el Hospicio de la Santísima Trinidad, funcionara como un Colegio a cargo de 𝑳𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒇𝒆𝒔𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒋𝒆𝒔𝒖𝒊𝒕𝒂𝒔 𝑫. 𝑴𝒂𝒕𝒆𝒐 𝑫𝒆𝒍𝒈𝒂𝒅𝒐, y los padres 𝑱𝒐𝒔𝒆́ 𝑹𝒆𝒅𝒐𝒏𝒂, 𝑩𝒆𝒓𝒏𝒂𝒓𝒅𝒐 𝑳𝒐𝒛𝒂𝒏𝒐 𝒚 𝒍𝒐𝒔 𝒍𝒆𝒈𝒐𝒔 𝑫𝒊𝒆𝒈𝒐 𝑪𝒂𝒎𝒂𝒓𝒆𝒏𝒂 𝒚 𝑱𝒐𝒔𝒆́ 𝑽𝒐𝒍𝒂𝒅𝒐. 

En su testamento, Doña Josefa dejó instrucciones para que se cumpliera su compromiso de apoyar económicamente la fundación del Colegio, por lo que desde el 2022 se instituyó el 1° de octubre como Día de la Universidad de Guanajuato como un homenaje a los empeños de esta mujer ejemplar nacida en este pedazo de cielo, del que por desgracia poco se conoce.

¿Tendrán permiso del INAH?. Pintan barandales del Mercado Hidalgo de azúl.

En lo que parece ser otra ocurrencia de muy mal gusto, el equipo del Sistema de Noticias de TV Guanajuato se encontró con lo que parece la evidencia de que ya se inició el proceso del cambio de la cromática tan característica de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Y es que sorprende, que hayan empezado con los barandales del puente y las escaleras que conectan el Mercado de Gavira con la calle Miguel Hidalgo mejor conocida como la calle Subterránea. De hecho, se podría decir, que es un experimento para ver cómo quedaría la ciudad si fuera cambiado el tono característico con el que están pintados los muebles urbanos, los botes de basura, los postes de alumbrado público, los bolardos, las bancas.

Resulta una pesadilla, que hayan escogido el color azul que, para colmo, es el que identifica al partido político que arropa los disparates administrativos de la familia que gobierna de forma caciquil en la capital del estado de Guanajuato.

En lo que parece otro capricho u ocurrencia del clan Navarro Smith, es evidente que se está rompiendo con la cromática urbana tan característica de esta ciudad y para colmo, se le está queriendo imprimir visualmente una identidad que confunde las creencias políticas de quienes la gobiernan de forma espuria.

Ojalá el Centro INAH Guanajuato tome cartas en el asunto y evite se continúe con esta aberración.

El Pleno del Congreso del Estado aprobó la nueva Ley de Economía Circular para el Estado de Guanajuato y sus municipios, una legislación que propone un cambio significativo hacia un modelo económico más sostenible.

La ley busca reducir el impacto ambiental de las actividades económicas, minimizar el desperdicio de materiales y disminuir el consumo de materias vírgenes.

La nueva norma tiene como objetivo fundamental establecer las bases para promover prácticas como el ecodiseño, la remanufactura, el compostaje, el reacondicionamiento, la reutilización, el reciclaje, y la recuperación de materiales.

El propósito es fomentar una economía circular que mantenga el valor de los productos y recursos, minimice la emisión de gases de efecto invernadero, y permita la transición de una economía lineal a una circular.

La ley busca promover la eficiencia en el uso de recursos, productos y materiales, así como impulsar el desarrollo tecnológico para prevenir la contaminación y la generación de residuos desde el diseño. Además, pretende promover la integración de cadenas de valor y asegurar que los productos y servicios incorporen criterios de economía circular para extender su vida útil.