Falta de claridad en el sistema de boletaje, despierta suspicacias, sobre ejercicio de transparencia, entre los números de los boletos y los registros, de los torniquetes ópticos. Y aunque no opera, como llego a funcionar, antes de la administración de Alejandro Navarro Saldaña, el Museo sigue siendo un significativo punto de financiamiento, de la administración pública municipal.
Hay que recordar que este servicio de la economía naranja ha sido el sostén de las administraciones municipales y en estos días parece pasar por una crisis de reducción de la liquidez, que este negocio estatal representa para la ciudad, convertida en un cochinero.
En la visita, se pudo constatar, qué, en pocos minutos, se pagan decenas de miles de pesos, que, por desgracia, en un sistema exageradamente visual, conlleva inconsistencias de los folios del boleto impreso y del código de entrada, que aparece en los monitores, que responden al lector, que activa el torniquete óptico con el código del boleto.
Es un misterio el por qué, los números de serie tienen que desaparecer al hacerse efectivos, una inconsistencia, que debería ser aclarada, por los regidores y síndicos, alguien debe de dar claridad a los ciudadanos, sobre el disparate, de dicho sistema, a todas luces instalado, como medio de transparencia, pero críptico en sus números.