Connect with us

Municipio

Operativo relámpago en la glorieta de la UNESCO, a la entrada de la ciudad, culmino con 4 motos detenidas.

Published

on

En el controversial operativo, que mezcla la seguridad y aseguramiento de unidades robadas, resulta más un negocio extraordinario, para grulleros y corralones, más que un beneficio para los ciudadanos.
En 30 minutos, más de 5 patrullas, se tendieron a lo largo de Banqueta Alta, a la bajada de Tepetapa, hasta la glorieta, para detener a todos los motociclistas que por ahí pasaban.
En alrededor de una treintena de revisiones, que se llevaron a cabo, se pudo ver a madres y padres llevando a sus hijos, choferes de repartición y demás usuarios de esta forma de transporte, que tenían que presentar documentos, en regla.Otros, sorprendidos por el retén, tuvieron que abandonar su vehículo por faltar a la presentación de sus documentos.
Una de las conductoras afectadas, dijo que los oficiales, le hablaron de una multa de $2,500, pero además, había que pagar arrastre y corralón, un par de cuotas, que resultan insanas, ya que en casos como el de la afectada que se acerco al Equipo del Sistema de Noticias de TvGuanajuato explica “haber apenas recuperado su moto tras ser robada”, pero los papeles se encuentran en pleito legal, por lo que, de nuevo, ahora, el vehículo fué trasladado al corralón, hasta que solucione este laberinto de dificultades que harán impagable el gasto…
Esta es, solo otra historia más, de las injusticias, que a diario, autoridades viales, ejecutan en favor de los servicios privados de traslado y hospedaje concesionados. Una especie de pulpo, con muchos tentáculos, insaciable, por todos lados levanta y arrastra los vehículos de los capitalinos, con los policías viales a su servicio,.tecnicamente tratan de recoger la mayor cantidad de motocicletas en el menor tiempo posible.

Guanajuato Capital

De ciudad colonial segura a escenario de miedo: crece la percepción de inseguridad en Guanajuato capital.

Published

on

Hace apenas unos años, caminar por las calles de Guanajuato capital era sinónimo de tranquilidad. El eco de los estudiantes, la algarabía de los turistas y el aroma del café local se mezclaban con esa certeza casi inquebrantable de que nada malo pasaría. Pero hoy, algo ha cambiado. El miedo se instaló y ya no se va.

La percepción de inseguridad se ha disparado. De acuerdo con datos oficiales, en marzo de 2024 el 61.9% de la población se sentía insegura. Un año después, esa cifra aumentó al 71.2%. Prácticamente tres de cada cuatro habitantes caminan con desconfianza, revisan dos veces la cerradura y evitan salir de noche. Lo que antes era excepcional, ahora es cotidiano.

Los relatos se acumulan como una crónica que nadie quiere escribir. Un estudiante asaltado al salir de clase. Una familia despojada de sus pertenencias mientras paseaba por el centro histórico. Un turista que soñaba con conocer la ciudad de los túneles, las momias los callejones y el mirador del Pípila, pero se llevó de regreso una experiencia marcada por el susto.

La violencia, antes esporádica, ya no distingue entre barrios, horarios ni ocupaciones. Comerciante, visitante, profesionista o campesino: todos, en algún momento, han sentido la sombra de la inseguridad. Y eso, en una ciudad Patrimonio de la Humanidad, pesa.

El diputado local Ernesto Millán Soberanes lo ha denunciado previamente con claridad: Guanajuato capital lidera delitos como robo a casa habitación, a comercio, a transeúntes y violaciones. Sólo en el último año, se presentaron más de 5 mil denuncias por diversos delitos, una cifra que evidencia una crisis más allá de la percepción.

Millán advirtió que no sólo la zona urbana está en riesgo. Las comunidades rurales viven el mismo abandono, expuestas a la violencia sin respaldo institucional. Contrario a lo que afirman las autoridades municipales, asegura que la capital y sus alrededores atraviesan uno de los momentos más inseguros de su historia reciente.

Y mientras las cifras suben, la confianza ciudadana se desploma. Guanajuato sigue siendo hermoso, sí. Pero para muchos, ya no se siente igual. Lo que se pierde no es sólo la seguridad, es la paz de saberse en casa.

Continue Reading

Guanajuato Capital

Tumban luminaria en la mañana y los del municipio la dejan recargada como basura en la Plaza del Ropero.

Published

on

Algo muy extraño pasó esta mañana en la Plaza del Ropero.

En este nodo de la capital de Guanajuato, en donde confluyen, el Hinojo, Cantarranas, Matavacas y San Fernando, desde hace más de tres años se lleva a cabo el remozamiento de la casona de enfrente y se tiene la sospecha que fué tirada por quienes están llevando a cabo la obra… se especula.

Lo que sí es claro, es la incompetencia de las autoridades municipales que técnicamente, cuentan los vecinos, se apersonaron en el lugar y abandonaron el poste de hierro fundido recargándolo en la reja de protección de la obra.

Lo que llama la atención, es el peligro de que en cualquier momento y por descuido, se pudiera venir abajo hacia la calle o encima de algún transeúnte.

Continue Reading

Guanajuato Capital

El Panteón de Santa Paula: Entre la historia y el abandono institucional.

Published

on

En lo más alto de un cerro, justo al poniente del corazón de Guanajuato, existe un recinto sagrado… pero olvidado. Un lugar donde el tiempo se detuvo, donde la muerte no significa desaparición, sino permanencia. Donde los cuerpos no se descomponen… se transforman.
Este es el Panteón Municipal de Santa Paula, el sitio que dio origen a las famosas momias de Guanajuato… y cuya historia real, pocos conocen.

Fue un 13 de marzo de 1861 cuando este panteón abrió oficialmente sus puertas. Desde ese día, ha cumplido una labor silenciosa y abnegada: recibir a los muertos de todas las clases sociales, generaciones enteras de guanajuatenses que encontraron ahí su último lecho.

Pero Santa Paula no es un panteón común. Hay algo más… algo inusual.

En una de sus alas ocurrió y sigue ocurriendo un fenómeno extraño: los cuerpos enterrados ahí no se pudren. Se momifican de forma natural. Nadie sabe con certeza por qué. Se habla de la composición del suelo, de la temperatura, de la ventilación… pero la verdad es que el misterio sigue tan vivo como los ojos de algunas momias que aún parecen mirar.

Al principio, las momias se exhibían justo ahí, en las entrañas del panteón. Los visitantes bajaban a las catacumbas, caminaban entre pasillos estrechos, y se encontraban con cuerpos erguidos, recargados en los muros. Algunos parecían haber muerto ayer. Otros, como si nunca hubieran muerto.

Con el tiempo, estos restos fueron trasladados al ahora famoso Museo de las Momias de Guanajuato. Pero su origen, su cuna, su casa… sigue siendo Santa Paula.

Este panteón ocupa cerca de 17 hectáreas. Tiene forma rectangular, como si fuera una ciudad amurallada. Sus muros son de piedra roja sedimentaria, la misma que forman los cerros de la cañada. Desde fuera, no se ve nada. No tiene puertas ni ventanas laterales. Nada que permita espiar a la muerte desde el exterior.

Dentro de sus muros, hay 10,700 tumbas, entre fosas y gavetas, construidas con técnicas y estilos tan variados como las épocas que han pasado. El panteón entero es un jardín fúnebre: la memoria en forma de arquitectura. Ahí descansan generaciones enteras, de ricos y pobres, políticos y obreros, desconocidos y personajes históricos.

En el siglo XX, la zona que rodea el panteón vivió un auge urbanístico por la llegada del ferrocarril al barrio de Tepetapa. Las vías del progreso pasaron cerca… pero no por dentro.

Hoy, sin embargo, ese esplendor se ha desvanecido. Las viviendas populares han invadido la fachada sur, pegándose a sus muros como en un abrazo forzado. Y aunque su importancia histórica y artística es innegable, el abandono institucional lo ha dejado al borde del colapso.

Las señales del deterioro son evidentes: la cantera y el conglomerado rojo que alguna vez lo vistieron con orgullo, hoy se desprenden a pedazos. No hay restauración, solo parches. Intervenciones improvisadas que no respetan ni su historia ni su arquitectura.

Continue Reading

Seguridad

Trending