Cultura
El Mimo Michelle denuncia abandono de presidencia municipal de Guanajuato y de la Secretaría de Cultura
En Guanajuato capital, un personaje emblemático del arte callejero enfrenta hoy uno de los momentos más difíciles de su carrera. Se trata de Miguel Rodríguez, mejor conocido como “el Mimo Michelle“ artista que desde hace más de tres décadas ha dado vida a su espectáculo en las escalinatas del Teatro Juárez, un escenario que él mismo llama “uno de los mejores espacios de calle del país”.
El artista anunció que este sábado 30 y domingo 31 de agosto, a las 5:00 de la tarde, ofrecerá funciones en el corazón de la ciudad, en lo que define no solo como un acto cultural, sino también como un acto de resistencia ante lo que califica como injusticia y criminalización del arte urbano.

Michelle asegura que su trayectoria comenzó en Guanajuato en 1989, cuando participaba cada octubre durante el Festival Internacional Cervantino. A partir del año 2000 decidió establecerse de forma permanente en la ciudad, haciendo de las escalinatas del Teatro Juárez su escenario y punto de encuentro con miles de guanajuatenses y turistas. Durante 25 años, su personaje se volvió parte del paisaje cultural y turístico, apareciendo en guías, documentales, notas periodísticas y hasta en los recuerdos de varias generaciones que crecieron riendo con sus presentaciones.
Sin embargo, desde la pandemia su situación cambió de forma drástica. Primero por la larga suspensión de actividades, después por las remodelaciones del Teatro Juárez que se extendieron más de lo previsto, y más tarde por las vallas que aún hoy permanecen en parte de las escalinatas. A esto se suma la ocupación frecuente del centro histórico por festivales, exhibiciones y competencias, lo que ha reducido de manera considerable los espacios y fines de semana disponibles para presentarse.

El mimo relata que, a lo largo de los años, pagó sus permisos como comerciante, aunque nunca vendió nada, pero tras la pandemia se le exigió cubrir el costo de todos los meses en los que no pudo trabajar. Una deuda imposible de saldar, asegura, debido a la falta de ingresos. Esa condición lo dejó sin regularizar su situación, sin poder obtener de nuevo el permiso y en constante vulnerabilidad.
Denuncia que la administración municipal anterior, encabezada por Alejandro Navarro, y la actual, con Samantha Smith, no lo han considerado en la programación cultural. Lo mismo ocurre con la Secretaría de Cultura estatal, que antes lo incluía en proyectos y ahora, afirma, lo ha dejado de lado.
El pasado fin de semana la tensión escaló. Durante una de sus funciones fue interrumpido por un funcionario de Fiscalización del Ayuntamiento, quien le exigió mostrar un permiso vigente y le advirtió que, de continuar actuando, sería remitido a la autoridad. El artista asegura que incluso fue amenazado con ser detenido por la policía si volvía a presentarse sin autorización.
Frente a este panorama, Michelle afirma que ha llegado al límite. Dice haber tocado fondo al ver cómo se le impide ejercer el oficio al que ha dedicado su vida y por el que ha sido reconocido no solo en México, sino también a nivel internacional. “Hoy, el espacio en el que ha hecho reír a miles de personas se ha vuelto hostil.
Pese a las advertencias, ha decidido mantenerse firme: este fin de semana se presentará de nuevo en las escalinatas del Juárez. Lo hará, asegura, porque con su espectáculo resiste a la injusticia, defiende su dignidad como artista y también el derecho de la gente al acceso a la cultura y al arte.
El Mimo Michelle pide apoyo al público, tanto local como visitante, para acudir a sus funciones y ser testigos de su lucha. Su llamado se extiende también a la Secretaría de Cultura, a la que solicita defender los espacios bajo su resguardo como el Teatro Juárez y promover el derecho de la gente a disfrutar del arte urbano.
Cultura
Buñuelo: un dulce postre de diciembre
El consumo de buñuelos cubiertos de piloncillo durante la Navidad tiene un origen histórico y cultural que combina tradiciones europeas, adaptaciones coloniales y significados simbólicos asociados a las celebraciones decembrinas.
Su presencia en la mesa navideña no es casual, sino el resultado de un largo proceso de mestizaje gastronómico.
Los buñuelos tienen su antecedente en la cocina del Mediterráneo, particularmente en España, donde desde la Edad Media se elaboraban masas fritas que se consumían en fiestas religiosas y celebraciones especiales. Estos alimentos eran comunes en periodos de vigilia y festividades, ya que su preparación era relativamente sencilla y sus ingredientes básicos estaban al alcance de la mayoría de la población. Con la llegada de los españoles a América en el siglo XVI, la receta se introdujo en la Nueva España junto con otras tradiciones culinarias europeas.

En territorio mexicano, los buñuelos se adaptaron a los ingredientes locales. El uso del piloncillo, derivado de la caña de azúcar, cuyo cultivo se expandió ampliamente durante el periodo colonial, sustituyó a otros endulzantes europeos y dio origen a la versión que hoy se asocia directamente con la Navidad. Para los siglos XVII y XVIII, los buñuelos bañados en miel de piloncillo ya formaban parte de las celebraciones decembrinas, especialmente en conventos, hogares y fiestas comunitarias.
El simbolismo del buñuelo también tiene un componente ritual. En diversas regiones de México, su forma circular se asocia con el ciclo del año que termina y el que comienza, mientras que el acto de compartirlos al final de las posadas refuerza la idea de comunidad y abundancia. En algunos lugares, incluso existía la costumbre de romper el plato de barro en el que se servían, como gesto simbólico de renovación y de buenos augurios para el año entrante.
El piloncillo, por su parte, aportó no solo sabor, sino también un significado ligado a la prosperidad. Su uso en la cocina festiva estaba asociado con la idea de dulzura, bienestar y celebración, elementos esenciales de la Navidad. Además, su producción local lo convirtió en un ingrediente accesible y representativo de la economía novohispana.
Con el paso del tiempo, los buñuelos de piloncillo se consolidaron como un platillo emblemático de la Navidad mexicana. Más allá de su valor gastronómico, representan la continuidad de una tradición que une historia, religión y vida cotidiana. Comerlos en estas fechas es una forma de preservar la memoria colectiva, de repetir gestos heredados durante siglos y de celebrar el cierre del año con un alimento que simboliza unión, abundancia y herencia cultural.
Cultura
Buscan que la Rondalla Voces y Guitarras de la Escuela Normal Oficial de Guanajuato se patrimonio cultural del Estado
El Congreso del Estado de Guanajuato exhortó a la gobernadora Libia Denisse García Muñoz Ledo para que declare como Patrimonio Cultural Intangible del Estado a las manifestaciones culturales que, por su valor, significado y relevancia artística, tradicional, musical, intelectual y lingüística, representa la Rondalla Voces y Guitarras de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal Oficial de Guanajuato, y que dicha declaratoria sea publicada en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado.
Durante la discusión del dictamen, las diputadas Carolina León Medina, Ruth Noemí Tiscareño Agoitia y María Isabel Ortiz Mantilla hicieron uso de la tribuna para manifestar su respaldo a la propuesta.
Carolina León Medina señaló que hablar de la Rondalla Voces y Guitarras es referirse a una etapa histórica en la que se comenzó a dar mayor voz a las juventudes a través de expresiones artísticas. Recordó que la agrupación se presentó por primera vez en el Teatro Antonio del Moral, recinto del propio plantel donde fue fundada, iniciando así una trayectoria que ha perdurado por décadas. Destacó que la rondalla continúa transmitiendo romanticismo, sensibilidad y expresividad mediante su repertorio musical, consolidándose como un símbolo de identidad y camaradería para la comunidad normalista.
Por su parte, Ruth Noemí Tiscareño Agoitia recordó que la Ley del Patrimonio Cultural del Estado de Guanajuato establece que el patrimonio cultural intangible comprende los conocimientos, tradiciones, usos, costumbres y expresiones artísticas y musicales que, con el paso del tiempo, adquieren un valor histórico, social y cultural.
Subrayó que la Rondalla Voces y Guitarras cumple plenamente con estos criterios, al contar con casi cinco décadas de permanencia y una trayectoria que ha representado a Guanajuato tanto a nivel nacional como internacional. Añadió que la rondalla ha sido un espacio de formación artística, disciplina, convivencia e identidad para generaciones de estudiantes normalistas.
En su intervención, María Isabel Ortiz Mantilla afirmó que el patrimonio cultural inmaterial es el vínculo que enlaza a las generaciones y fortalece el sentido de pertenencia. Señaló que, en un contexto global marcado por la innovación tecnológica, la preservación del patrimonio cultural intangible enfrenta retos complejos y requiere del respaldo institucional para garantizar su permanencia. Indicó que Guanajuato es reconocido por su riqueza histórica y cultural, y que estas expresiones vivas, como la música y el arte, son elementos fundamentales para definir la identidad del estado.
Asimismo, adelantó que se presentará una iniciativa para identificar y proteger el patrimonio cultural intangible de la entidad.
Cultura
Exhortan a declarar la Danza del Torito como Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Guanajuato
Guanajuato, Gto.– El Congreso del Estado de Guanajuato emitió un exhorto dirigido a la gobernadora Libia Denisse García Muñoz Ledo para que, con base en lo establecido en la Ley del Patrimonio Cultural del Estado de Guanajuato, se declare a la Danza del Torito como Patrimonio Cultural Intangible de la entidad.
Durante su intervención a favor de la propuesta, el diputado Ernesto Millán Soberanes señaló que la Danza del Torito es una tradición con más de doscientos años de historia, la cual ha congregado a generaciones enteras en torno a una representación festiva que, mediante bromas y burlas, recrea un acontecimiento que presuntamente tuvo lugar en antiguas haciendas del municipio de Silao.
Explicó que los personajes que conforman esta expresión cultural participan en una danza alegre y simbólica, cuyo origen se sitúa en la Hacienda de Chichimequillas. La narrativa de la danza rememora el cierre de las labores agrícolas y la celebración realizada como agradecimiento por las cosechas obtenidas, momento en el que un descuido permitió que un toro escapara e irrumpiera en la festividad, dando pie a la interacción de los personajes tradicionales.
El legislador destacó que, aunque la Danza del Torito es originaria de los municipios de Silao y Romita, actualmente se interpreta en diversas regiones del estado, e incluso ha logrado proyectarse más allá de las fronteras nacionales, llegando a presentarse en países de otros continentes.
Por su parte, el diputado José Salvador Tovar Vargas expresó que, si bien esta manifestación cultural se ha extendido por todo Guanajuato, en Silao y Romita existe un arraigo particular hacia la danza. Asimismo, refrendó su compromiso de seguir apoyando acciones que contribuyan a la preservación y fortalecimiento de las tradiciones del estado.
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