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Cultura

La leyenda del Charco del Diablo en Marfil

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Guanajuato, Gto. – Esta leyenda tiene lugar en el antiguo camino real que conecta Guanajuato capital con Marfil y se cuenta que en este trayecto había un sitio que era temido por los arrieros y caminantes: un charco profundo y oscuro que nunca se secaba, ni en tiempos de sequía.

Dicho charco estaba escondido entre la maleza, al pie de una pendiente donde la niebla solía acumularse, dándole así un aire espectral.

La historia cuenta que en el sitio se solía aparecer un hombre elegante, vestido de traje negro y que ofrecía riquezas o favores a cambio de un pequeño trato. Mucha gente de la zona creían que este sujeto era el mismísimo Diablo.

Algunas gentes de antes afirman que hubo quienes sí aceptaron la oferta y que más adelante desaparecieron o murieron poco después de formas muy misteriosas. Por ejemplo, se ha llegado a decir que a uno que aceptó el trato lo encontraron petrificado, con una expresión de horror y que a otro se le halló ahogado con el cuerpo seco.

Con el pasar de los años, la gente dejó de pasar por el lugar. Muchos llegaron a afirmar que si miraban fijamente el charco, el reflejo que observan es el suyo pero envejecido o, en el peor de los casos, desfigurado.

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Hoy en día el charco ya no existe como tal, pues fue cubierto por la obra urbana, pero se cree que el Diablo se sigue apareciendo ahí en noches muy específicas, pues se escuchan ruidos muy raros, similares a lamentos.

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Cultura

El Charro Negro de la Sierra de Santa Rosa

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Cuentan los viejos de la Sierra de Santa Rosa de Lima, allá donde el aire se viste de neblina y los pinos murmuran con el viento, que habita un alma en pena: el Charro Negro.

Hace siglos, cuando Guanajuato era un hervidero de mineros y arrieros, un bandido astuto se hizo de una fortuna robada. Plata, monedas y joyas arrebatadas a quienes descendían de las minas pasaron a sus manos, pero la codicia no perdona. Traicionó a sus propios compañeros y, perseguido por justicia y ladrones, buscó refugio en lo profundo de la sierra.

Allí, dicen, desesperado y con el tesoro al cuello, pronunció palabras prohibidas. Ofreció su alma al diablo a cambio de que nadie le arrebatara jamás sus riquezas. El pacto se cumplió, pero con un precio: su cuerpo se desvaneció en las sombras y su espíritu quedó condenado a cabalgar eternamente por los montes de Santa Rosa.

Desde entonces, los arrieros que se atrevían a cruzar la sierra en la noche hablaban de un galope que retumbaba entre las barrancas. Algunos juraban haber visto un jinete de traje oscuro, montado en un caballo negro, cuyos ojos brillaban como brasas encendidas en la oscuridad. Con voz profunda, el espectro ofrecía riquezas sin fin a quienes se atrevieran a seguirlo… pero ninguno de los que aceptaron volvió jamás.

Hoy en día, los pobladores todavía advierten a los viajeros: “Si escuchas cascos resonando en la tierra húmeda, no mires atrás. No respondas al llamado. El Charro Negro aún vaga en busca de compañía, guardando el tesoro maldito que lo ata a esta tierra para siempre.”

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Y así, entre la neblina y el silencio de los bosques, su galope se mezcla con el viento, recordando a todos que la codicia y los pactos oscuros nunca traen redención.

¿Te atreverías a cruzar la Sierra de Santa Rosa a oscuras? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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Cultura

El Circuito Cervantino llevará el espíritu del FIC a 11 estados del país

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Guanajuato, Gto.– El Festival Internacional Cervantino (FIC) ampliará su alcance a través del Circuito Cervantino, que este año recorrerá 11 entidades de la República para acercar propuestas artísticas nacionales e internacionales a nuevos públicos.

Durante la presentación oficial, Valeria Palomino, directora general de Circuitos y Festivales de la Secretaría de Cultura, destacó que la iniciativa es fruto de la colaboración entre instancias federales, estatales y universidades, lo que permitió fortalecer la circulación de artistas en todo el país.

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) participará con 13 espectáculos en octubre, de los cuales ocho son internacionales y cinco producciones nacionales inéditas. Estos montajes se presentarán tanto en Guanajuato como en distintos recintos de la Ciudad de México.

Por su parte, Juan Ayala, secretario de Programación de la UNAM, celebró la coordinación interinstitucional que hace posible una programación diversa e incluyente, mientras que Romain Greco, coordinador ejecutivo del FIC, subrayó que el Circuito funciona como extensión del festival, proyectando su riqueza artística a más escenarios.

El 53º Festival Internacional Cervantino se celebrará del 10 al 26 de octubre en Guanajuato, pero el Circuito llevará sus espectáculos a Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Sinaloa y Tlaxcala. La oferta incluirá teatro, danza, ópera y música en géneros que van del jazz a la tradición popular.

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Este año, tanto el FIC como el Circuito tendrán como invitados de honor a Veracruz y Reino Unido, con presentaciones en 40 foros distintos. Entre los montajes destacados figuran la ópera Elektra del INBAL, el concierto Bagatelles de John Zorn interpretado por Sam Eastmond, el performance NeoArctic de la compañía danesa Hotel Pro Forma y la obra Terebrante de Angélica Liddell.

El arranque del Circuito será el 28 de septiembre en la Ciudad de México con un concierto de la cantautora colombiana Victoria Sur, quien rendirá homenaje a Toña la Negra con un repertorio de Agustín Lara y composiciones propias.

En total, 815 artistas de 20 países, entre ellos Alemania, Corea del Sur, Francia, Italia, Reino Unido, Senegal y México, darán vida a esta edición que busca descentralizar la cultura y fortalecer los vínculos artísticos entre regiones.

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Cultura

De los mayas a la apicultura moderna: historia de la miel en México

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La apicultura en México tiene raíces profundas que se remontan a la época prehispánica, mucho antes de la llegada de las abejas europeas. Los pueblos mayas ya practicaban la meliponicultura, es decir, la crianza de abejas sin aguijón, principalmente de la especie Melipona beecheii, conocida en maya como Xuna’an Kab.

Estas abejas eran criadas en hobones, troncos huecos sellados con lodo y resguardados en chozas. Su miel no solo era alimento, también se usaba como medicina y en rituales religiosos en honor al dios Ah-Muzen-cab, protector de las abejas. La importancia de esta actividad quedó registrada en el Códice de Madrid y en los escritos de fray Diego de Landa.

Durante la colonia, la miel y, sobre todo, la cera de Campeche, fueron productos de gran valor para el Imperio español. Se exportaban desde los puertos de Yucatán y Campeche hacia Veracruz y otras regiones, mientras que los mayas recibían a cambio cacao y piedras preciosas.

Llegada de las abejas europeas

Las abejas de la especie Apis mellifera, originarias de Europa, comenzaron a introducirse en América desde el siglo XVIII. En Cuba prosperaron a partir de 1764, y desde ahí pasaron a la Nueva España a finales de esa década. Sin embargo, en la península de Yucatán su llegada se retrasó hasta finales del siglo XIX o principios del XX, cuando se empezaron a usar colmenas modernas tipo Dadant, lo que impulsó la producción de miel en Izamal y otras zonas de Yucatán.

En 1911 se introdujo la raza Apis mellifera ligústica. A partir de 1920, con la adopción de colmenas de marcos móviles, comenzó la expansión de la apicultura moderna en México, aprovechando la gran diversidad de flora melífera.

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