Servicios de emergencia combaten el humo y fuego por espacio de una hora dentro del inmueble abandonado desde hace más de 6 años

Se advirtió hasta el cansancio, sobre las posibilidades de que este siniestro ocurriera en el lugar. No hace más de dos semanas, se difundieron imágenes de humo saliendo por la ventana del inmueble que, desde hace más de 6 años, se ha convertido en un dilema para la seguridad de quienes viven por el barrio.

Se habló también sobre los asaltos y la inseguridad que se respiraba durante la noche en el lugar, pero, sobre todo, se hizo hincapié sobre la gran cantidad de desechos inflamables repartidos por todos los espacios que componen esta sala que durante años trajo la diversión cinematográfica a los capitalinos.

En los últimos días se corrió el rumor de que se iba a recuperar para ser utilizado durante el festival cervantino, según se notificó en una junta que daba esperanza sobre la recuperación de este espacio situado en la parte más emblemática de la ciudad, junto al edificio de la Universidad de Guanajuato.

Lo peor, es que todo mundo sabe, que esta destrucción se pudo evitar, si se hubieran aplicado las mismas medidas que se aplicaron en meses y años anteriores, la instalación de una reja, de una protección, que impidiera que cualquiera se introdujera en el lugar y así evitar que las llamas pongan en peligro la salud y seguridad de los capitalinos.

Ahogados por nadar en pozas o jalados por la corriente se pudieron evitar.

Desde que comenzaron las lluvias, 3 jóvenes han perdido la vida ahogados. Qué pensaría si les dijéramos que estas muertes se pudieron evitar si las autoridades de Protección Civil atendieran sus obligaciones establecidas en el reglamento que rige desde hace 13 años.
Y es que debe de existir un atlas de riesgo, que en estos días de abundantes lluvias, los obliga a gestionar en favor de la prevención de muertes absurdas como las que nos toca informar por descuidos o falta de precaución al visitar los cuerpos hídricos cuando la corriente está crecida.
Es claro que Protección Civil está para prevenir, es decir, se debe de encargar de las disposiciones y medidas anticipativas cuya finalidad estriba en impedir o disminuir los efectos que se producen con motivo de la ocurrencia de una emergencia.
Las lluvias han mostrado ser una amenaza desde hace un mes que arrastraron a un pequeño en los pasos a desnivel en Noria Alta y continúan siéndolo sin que se haya visto una sola acción de advertencia sobre los peligros y precauciones a seguir para evitar que sigan ocurriendo este tipo de tragedias.
Las autoridades de Protección Civil lo quieran admitir o no, debió de tener mapeada la amenaza o peligrosidad del cruce a desnivel donde la corriente arrastró al estudiante de secundaria para arrastrarlo por kilómetros.
Lo mismo se puede decir, que al conocer sobre la costumbre de los capitalinos de ocupar las distintas vertientes de agua como balnearios en las comunidades como Bustos o la Carbonera, donde las abundantes lluvias han cobrado víctimas de la falta de información sobre el fenómeno de las crecientes y los lodos que los caracterizan.
En todo caso, si no se les puede responsabilizar de no haber advertido o inhibido en los lugares peligrosos, llevan su grano de culpabilidad por omitir siquiera intentar informar sobre los peligros que implican las crecidas en ríos o azolves en pozas.

Tarda casi una hora en llegar ambulancia con equipo para levantar a Jonatán del asfalto.

Pasaditas de las 12 de la tarde, en uno de los cruces más conflictivos que tiene la capital, la puerta de un auto de alquiler, tiró a un motociclista que iba acompañado de Jonatán, quien para colmo no tiene un brazo y salió volando y al contactar con el pavimento la rodilla se le disloco.
En el lugar acudieron de inmediato autoridades viales, quienes para colmo parecieron apoyar al taxista en imputar la responsabilidad a los bikers que, por su parte, argumentaban que de ninguna manera el auto de alquiler debe de detenerse en la transitada calle y mucho menos abrir sus puertas.
Mientras las autoridades viales deslindaron responsabilidades, se pudo corroborar como tardaron más de media hora en llegar los utensilios y equipos médicos necesarios para atender al herido que sufría el dolor que tan impresionante herida puede ocasionar, aunque a todos consta que las instalaciones de la Cruz Roja están a 50 metros del lugar del accidente.