La ciudad de Guanajuato, reconocida a nivel mundial por su belleza arquitectónica y su rica historia, enfrenta una problemática que contrasta con su estatus de Patrimonio Cultural de la Humanidad: la exposición de aguas negras en una de sus principales entradas.

En el tramo que abarca desde Noria Alta, pasando por la Glorieta de los Mineros y casi llegando a Los Pastitos, un río de aguas residuales corre abiertamente por la zona.

Este problema, lejos de solucionarse, se ha agravado con el paso de los años. Miles de litros de aguas contaminadas fluyen diariamente por el río Guanajuato, proyectando una imagen desalentadora a los visitantes y afectando la calidad de vida de los habitantes.

Gobiernos van y gobiernos vienen, pero los recursos necesarios para la instalación de infraestructura de alcantarillado, como el embovedado del caudal, nunca se han destinado.

Esta omisión perpetúa una problemática que va más allá de la estética: los malos olores y la insalubridad afectan a las miles de personas que transitan a diario por esta zona, ya sea a pie o en vehículo.

Desde las 8 de la mañana decenas de jóvenes, acompañados de amigos y familiares se reunieron para entregar los papeles y seguir su trámite para incorporarse en los hospitales de León, Guanajuato y Celaya.

Aunque algunos se mostraron inconformes por el maltrato que la institución les está dando, ya que entra una decena cada hora y no vienen preparados para estar tanto tiempo esperando ser atendidos para un trámite burocrático que debería de ser sencillo.

Frente a las cámaras, algunos hicieron la observación sobre los inconvenientes de este tipo de convocatorias ya que habían llegado desde temprano y pasaban las horas sin que se notará avances en la fila.

Urge que la zona Patrimonio de la Humanidad de Guanajuato deje de ser destruida parta el beneficio de unos cuantos.

Dice la sabiduría sarica qué fallamos cuando a todo mundo y no somos para ayudar a nuestra madre

A partir de este fin de semana se puede evidenciar con Claridad lo siguiente

La ciudad de Guanajuato se convirtió el fin de semana en la pista de diversión de apenas unas decenas de ciclistas de México y el mundo.

El cierre de callejones, el tomar como escenario la hermosa calle de Sopeña que desemboca en el Teatro Juárez de una carrera de ciclistas casi cada 2 meses, es demasiado, ya que se afecta a los visitantes que vienen por ejemplo a la ciudad por su oferta cultural o ambiental.

Y es importante hacer notar que la ciudad o sus administradores están prácticamente regalando y lo peor maltratando, sus espacios públicos, sus parques, jardines y paseos son cerrados al paso de los capitalinos, para que un pequeño grupo de empresarios y líderes de comerciantes ambulantes irregulares se adueñan de facto de la ciudad Patrimonio de la Humanidad desde hace 36 años está en ´peligro.

Lo más preocupante es el desgaste, el estrés al que se ha sometido la infraestructura histórica construida por generaciones con el duro trabajo qué implica la vida minera, el desgaste de la infraestructura, las calles, llenas de baches o aguas negras, la desaparición de exquisita herrería centenaria de los jardines está desapareciendo.

En qué cabeza cabe malbaratar la costosa infraestructura de espléndida cantera, de piedra Rosa, verde y tantas tonalidades, los kilómetros de costoso piso pórfido y los cortadas a la medida, a todos consta que están desapareciendo o destruyéndose por la gran cantidad de gente que viene a la ciudad y las autoridades no son capaces de reinvertir en la conservación de la ciudad… la están dejando, la abandonaron.. mientras los millones de derramas económicas no se reinvierten en el mantenimiento de lo que es de todos…ellos los negocios y nosotros a pisar y respirar eses fecales por todos lados.