Unas horas antes de que una jauría atacara a un transeúnte en San Javier la tarde de este miércoles, la señora Paulina se había presentado en las instalaciones de la televisora para solicitar la ayuda de autoridades y ciudadanía con las deudas que le dejó la muerte de su hermano atacado por unos perros en La Venada, en abril de este año.

El tema es de reflexionar, ya que las denuncias de presencia de perros que atacan en grupo aumentan día con día. Los reportes vienen de Las Biznagas, Mineral de la Hacienda, incluso también denuncian a propietarios que los traen sin correa y los perros son agresivos.

La reflexión es aterradora, un grupo de perros callejeros que evolucionan para sobrevivir y protegerse entre ellos y que han atacado gente hasta matarla. Es un escenario de carnicería indeseable, que un ser humano tenga un final tan ominoso.

¿De quién es la responsabilidad, de las autoridades, de los propietarios, culpa compartida? ¿Qué opinan los animalistas al respecto? ¿Después de estos eventos por fin van a destrabar el reglamento y establecer los protocolos para controlar estas jaurías así como se protege la integridad de los animales?

El problema surge cuando el ser humano traiciona a la especie canina que lo acompaña en esta vida. Esos animales que son toda ternura como parte de una familia, se convierten en todo instintito de supervivencia en las calles, luego de su abandono. El instinto salvaje se impone y el animal se vuelve un riesgo para la sociedad, el que se incrementa cuando se reúnen en jaurías, ya que su lado salvaje se potencializa.

Vámonos dando un espacio para la reflexión de esta convivencia humano-perro que se ha ido jodiendo por la traición del primero hacia el segundo.

Deneck Inzunza.

 

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