Siguen sin enganchar a la gente los paraderos en la ex estación del ferrocarril, los que lucen semi desiertos gran parte del tiempo. De repente parece que en esa calle no pasó nada hasta que se advierte el mobiliario y las bahías, que les han servido más a los conductores para estacionarse para realizar sus pendientes por un rato.
Se puede observar a muy pacos usuarios bajar del camión en esa zona, sin embargo, ya hay vecinos de la zona que comienzan a esperar ahí las unidades y poco a poco, de dos en dos cada hora, van abordando las rutas.
Los locales comerciales siguen cerrados, mostrando poco interés en participar del intento de despertar de la zona, en colaborar con el chispazo que enganche a más gente este punto de la ciudad.
El mobiliario le ha traído a la zona la posibilidad de ver pasar el tiempo, tranquilos, el flujo de unidades del transporte es espaciada, hay tiempo, de hecho, y si se lo permite, de echarse una pestañita ante el poco bullicio.
El tiempo sigue su curso, y el observador podrá advertir que el flujo de usuarios aún es mínimo, algunos camiones ni se paran, no hay necesidad, nadie baja, nadie sube, la escena invita a escuchar algún fondo musical que arrulle en otro coyotito de 5 minutos.
Deneck Inzunza.