Desde sus ancestros, abuelos y padres, adornar las tumbas de sus seres queridos cada madrugada del 2 de noviembre en el Panteón de Santa Paula, se ha convertido en una tradición para la familia de Erick Rocha.

Una tradición mexicana que tiene su origen en las culturas indígenas de haces miles años, donde las almas de los difuntos pueden volver a visitar a sus familiares.

Este 2021, las condiciones de la pandemia permitieron la apertura de los panteones, lo cual representa una alegría para la familia de Erick, quienes desde muy temprano del 1ro de noviembre acudieron al Panteón de santa Paula para recordar y poder conectarse espiritualmente con su madre quien desafortunadamente el virus Covid-19 le cobró la vida y que ahora descansa en paz con su amado esposo. Sin embargo siempre serán recordados por todos sus hijos, nietos, primos hermanos y toda su familia, una muestra de ello es el altar que cada año realizan al interior del Panteón, situado en suelo santo, donde las flores de cempasúchil, adornan un asombroso camino, que contiene veladoras para guiar las almas de los seres queridos, hasta su antiguo hogar, también está situado el copal que se utiliza para limpiar la casa de los malos espíritus y así el alma pueda entrar en ella sin ningún peligro.

La solidaria y empatía son dos cosas fundamentales en esta vida, Erick Rocha, comentó que aparte de recordar a su madre y padre a través de un altar colocado enfrente de sus tumbas, también le prende una vela a cada difunto que ha quedado abandonado. Desafortunadamente esta tradición mexicana ha ido en decadencia, por los ciudadanos y las autoridades quienes a decir de la familia ha faltado interés para apoyarlos