Los funcionarios públicos y empresarios, mientras estudiaban sus licenciaturas y maestrías, hablaban con erudición e intelectualidad sobre la satisfacción de necesidades fisiológica de la llamada Pirámide de Maslow, pero en la práctica se les olvidó que todos somos entes biológicos con necesidades, por ejemplo, de ir al baño… Entonces, una sociedad sin valores, termina cobrando hasta por ir al baño.

Cuando las personas pagan impuestos, éstos deben aplicarse en los servicios públicos municipales, estatales y federales. El causante, quien es el que paga sus impuestos, ya está pagando esos servicios y resulta injusto y hasta subnormal pagar un extra, pagar de más. Sin embargo debe pagar siempre extra… ¡hasta por ir al baño!

Esto pasa también con las plazas comerciales y estacionamientos, cobran por ir al baño cuando las personas van a consumir, a gastar su dinero ahí y tienen no sólo que pagar por cajones de estacionamiento, sino hasta por ir al baño. 5 pesos, 6 pesos, hasta 7 pesos. Cuente a los miembros de su familia y saque cuentas.

En un mundo ideal, pero injusto, pagar extra por servicios sanitarios debería suponer que están limpios, amplios, funcionales, iluminados, vaya, que valga la pena pagar de más, pagar ese extra injusto. Pero no sucede así. La mayoría de las ocasiones, la gente termina pagando de más por un servicio terrible, sucio, indigno, humillante.

Usted ya paga por el servicio básico que satisfaga sus necesidades fisiológicas, a través de impuestos, a través de la cadena de consumo en centros comerciales, pago de estacionamiento, cargar gasolina. Imagine ir a un restaurant y que le cobren 7 pesos cada que vaya al baño, así de patético es que estacionamientos, plazas comerciales y los baños públicos dependientes del municipio le cobren por utilizarlos. Piénselo, se lo dejo a consideración.

Informó Deneck Inzunza.