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Extremo

Un hotel en Yucatán brinda la oportunidad de pasar la noche en un vocho, en una COMBI y hasta en una AVIONETA.

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¿Es usted amante de los vochos?

Como vocho se le conoce al automóvil Volkswagen sedán, aunque la vochomanía abarca también las famosas combis, producidas por la empresa automotriz en el pasado y ambos están descontinuados.

Cuando el Volkswagen sedán salió de la línea de producción, el coleccionismo fue más eufórico y los precios en el mercado de compra-venta se fueron para arriba.

Si juntamos la vochomanía con la riqueza cultural y turística de México, el resultado son noches mágicas en un pueblo mágico, Valladolid, al oriente de Yucatán, donde, además de selva, cenotes y otras maravillas, usted puede pasar esos días en un vocho-hotel… Oyó usted bien, vocho-hotel.

Pero, ¿en qué consiste?

Son vochitos, combis y hasta una avioneta adaptadas como dormitorios.

Durante tu estancia en este paraíso yucateco disfrutarás de la alberca ecológica, el área de camping, una biblioteca, un gimnasio, la zona para fogatas, la renta de bicicletas, una cocina con servicio de chef, baños con agua caliente, estacionamiento gratuito e internet disponible en todo el complejo.

Sin embargo, la principal atracción de este campamento ecológico son sus habitaciones fuera de lo común: vochos y combis convertidos en acogedores dormitorios.

De acuerdo con la página oficial de Eco Camping Valladolid, en Facebook, una noche en el Vochoroom cuesta 650 pesos. Este precio incluye desayuno y alojamiento para una o dos personas, en una cama tan espaciosa que ocupa todo el interior del auto.

En cada vocho hay un ventilador de energía solar, cortinas para mayor privacidad y sleeping bags por si prefieres una noche bajo las estrellas. La seguridad durante tu estancia tampoco será un problema, ya que el auto puede cerrarse con llave.

Si te falta espacio, hospédate en una Combisuite con capacidad para dos adultos y un niño. Cuenta con los mismos servicios del Vochoroom y tiene un costo de 900 pesos por noche.

Eco Camping Valladolid también habilitó una avioneta real como habitación para sus visitantes. El precio varía según el paquete que reserves: una noche sencilla para dos adultos y un niño, con desayuno incluido, cuesta mil 800 pesos; mientras que el paquete familiar para dos adultos y dos menores, con desayuno y cena, tiene un costo de 2,800 pesos.

Finalmente, los viajeros que lleguen en casa rodante pueden instalarse dentro de Eco Camping Valladolid y gozar de sus espacios recreativos por 150 pesos por persona.

El Vocho Hotel está a menos de 15 minutos de los cenotes Zací, Samulá, X’Kekén y Oxman.

Deneck Inzunza.

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El socavón en Puebla ha comenzado a tragarse la vivienda del perímetro, algo sorprendente, pero nada nuevo; a lo largo de décadas han estado apareciendo en todo el mundo: aquí le hacemos un recuento

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El socavón que apareció en un sembradío de la comunidad de Santa María Zacatepec, en Puebla, ha comenzado a tragarse la casa que se encuentra en el perímetro.

La madrugada de este viernes de desplomó una barda y parte de lo que era una recámara de la vivienda de la familia Sánchez Xalamiahua, lo que significa un avance constante del socavón que crece unos 7 metros por día.

La vivienda, que está siendo tragada por la tierra, estaba habitada por cuatro integrantes de la familia Sánchez Xalamiahua, quienes son originarios de Veracruz y llevaban nueve años viviendo en Puebla.

La familia Sánchez estuvo siete años rentando diferentes viviendas y apenas hace dos años compraron el terreno donde empezaron a construir el inmueble. Debido al hundimiento que se presentó hace unos días, la familia se fue a vivir a casa de sus compadres, en la misma comunidad de Santa María Zacatepec.

El fenómeno ha sorprendido, pero no es nuevo. Al menos en las últimas dos décadas, a lo largo y ancho del mundo se han abierto socavones, hasta el momento sin explicaciones convincentes.

Ciudades de Centro y Sudamérica han experimentado socavones de hasta 60 metros de profundidad que se han tragado manzanas enteras.

A la par del socavón de Puebla, se han abierto también en Tamaulipas y Morelos, estos últimos en vialidades, sobre la mancha urbana, a diferencia del de Puebla, que se dio en un terreno de cultivo.

Y qué decir de los extraños socavones que han ido apareciendo sistemáticamente en Rusia, sobre todo en Siberia, donde ya se cuentan por decenas, sobre la tundra y pastizales.

Todos sin explicación, a menos que se trate de otro fenómeno que se presenta tanto en Rusia como en Canadá y Alaska sobre terrenos descongelados, es decir, donde ya no hay permafrost o hielo eterno:

La formación de inmensas burbujas de gas metano que dan la sensación de caminar sobre una cama de agua. Eventualmente estas burbujas explotan y queda el cráter.

A ver con qué explicación nos salen las autoridades para ver que tan conscientes están de los cambios geológicos globales.

 

Deneck Inzunza.

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