Muchos diablos y poca agua bendita, ¿es la manera más fácil de describir la crisis de inseguridad por la que atraviesa el capital producto de los escases de elementos en la corporación policiaca, y todo por qué? Porque una parte de ellos son comisionados a cuidarle la espalda a funcionarios municipales, como si no hicieran falta para vigilar y cuidar de las calles, el patrimonio y de la vida de los guanajuatenses y todo gracias a la benevolencia del secretario de seguridad José Luis santos Nápoles.

 

Y es que actualmente al menos 6 funcionarios y exfuncionarios del gobierno municipal tienen policías como choferes y guarros, entre ellos el expresidente municipal Edgar Castro Cerrillo, quien mantiene dos elementos cuidándole su casa, a poco no quisiera usted gozar del mismo privilegio, su esposa la ahora regidora Any Melo también echa mano de dos policías municipales que también la hacen de choferes, también aunque usted no lo crea el actual director de la unidad de innovación y desarrollo institucional, Juan Carlos Moreno, también hace uso de un policía como de su yimy, aunque aún nadie se explica porque alguien con su cargo requiere este tipo de seguridad, también con un policía para su cuidado está el comisario enrique Acereto, el hijo del presidente municipal goza del privilegio de traer dos escoltas y la cereza del pastel es flamante titular de la seguridad municipal, José Luis santos Nápoles quien se despacha con la cuchara grande y tiene a su disposición 4 elementos y  dos unidades, como si trabajara en un municipio violento, lo que da un mínimo de 12 policías que abandonan su trabajo de velar por el orden y la paz en el municipio, solo por cuidar de la integridad de una sola persona.

pero si las autoridades no son capaces de entender la magnitud del problema de darse el lujo de agarra policías como guarros como lo hace el general, las cifras lo dicen todo.

de acuerdo a la organización de las naciones unidas, la ONU, recomienda para garantizar la seguridad de la población el que haya un mínimo de 300 policías por cada 100 mil habitantes, lo que significa tres elementos por cada mil ciudadanos o uno por cada 350 personas, si lo traducimos en la capital es prácticamente una burla ya que el promedio de policías actualmente es de 280, para los 180 mil habitantes que hay en el municipio  aproximadamente, lo que implica que cada uniformado guanajuatense tiene que encargarse de la seguridad de 642 personas, por lo que resulta insuficientes,

pero la pesadilla no acaba ahí, ya que de esos 280 se tienen que dividir entres, de acuerdo a los turnos con que opera la corporación, así que aproximadamente son 93 elementos los que durante 8 horas se encargan de cuidar de todo el municipio, pero de estos, hay que restarles los que están de guarros para nuestras autoridades, los que cuidan edificios gubernamentales, y los que son despachados para otras comisiones, por lo que en promedio cada 8 horas en realidad son alrededor de 40 o 50 policías los que tienen la responsabilidad de cuidar de las 180 mil almas que viven en la capital guanajuatense.

Así que mientras nuestro flamante secretario de seguridad permanece desaparecido, atrincherado en su oficina y cuidado por 4 policías que bien podrían estar patrullando las calles, y el realizando las labores para reclutar más uniformados, la realidad que vivimos es otra, con un alza en homicidios, robos a casa habitación en la zona sur, asaltos en los callejones del centro y estrategias abandonadas como el operativo alcoholímetro, las bitácoras, los comités vecinales, una realidad que el presidente municipal, Alejandro navarro no quiere reconocer y mientras sigue apapachando a santos Nápoles.

 

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